miércoles, 4 de marzo de 2015

¿Cuanto vale mi empresa?

Cuanto vale mi empresa.


Hay ocasiones en la vida de una empresa en las cuales el empresario requiere hacer una valoración de su negocio y conocer “cuanto vale mi empresa” realmente. Esta circunstancia puede darse en distintas situaciones, como en una oportunidad de fusión, ante la necesidad de la venta o ante una oferta de un comprador, amen de que los cánones tradicionales recomienden realizar valoraciones con cierta asiduidad para poder medir el incremento de valor de la empresa, o dicho en otros palabros, el rendimiento del capital del accionista.


Y es en estas ocasiones cuando suele darse una circunstancia tan frecuente como particular, y es el hecho de que el valor objetivo* de una compañía (*aquel establecido por un agente independiente) diste bastante del valor que esperaba el “vendedor”.


¿Porqué hay tanta diferencia entre el valor esperado y el valor ofertado? Lejos de recurrir a tópicos como la ley de la oferta y la demanda o el juego de la negociación, se puede advertir que los métodos tradicionales de valoración de empresas, si bien reflejan los principales aspectos económicos a valorar en una compañía, también es cierto que en muchas ocasiones no recogen aspectos intangibles de difícil cuantificación y prácticamente nunca contemplan elementos solo trascendentes para el vendedor, aunque después en muchas ocasiones, estos elementos acaben repercutidos dentro de la prima de emisión.


Existen diversos métodos de valoración que tienen por objeto determinar un valor objetivo de la empresa, el cual no tiene porque equivaler necesariamente con el precio de transacción, pero que sí que debe permitir identificar cuánto de menos vamos a pagar o qué plusvalía estamos dispuestos a asumir en una operación.


Pero volviendo al título, ¿cómo se cuánto vale mi empresa? Si recurrimos a los métodos tradicionales, basados en la lectura de los estados financieros (Balance y Cuenta de resultados), obtendremos un valor neto (VN) de la empresa al que podemos añadir unos flujos de caja futuros (existen diversos métodos de cálculo) y/o aplicarle un ratio multiplicador en función de su sector (esta última -el empleo de multiplicadores- es una técnica de uso habitual, aunque también de dudosa justificación)


Sin embargo existen otras maneras de enfocar la valoración de un negocio, una de ellas consiste en valorar distintos elementos por separado, fundamentalmente nos referimos a: el inmovilizado, el fondo de comercio, el balance y la cuenta de resultados, el conocimiento, “los otros beneficios” y el valor emocional.


Entrar en detalle en los métodos de valoración de cada uno de los elementos es una tarea que requiere de mucha más extensión de la que permite un artículo, pero sí que intentaremos hacer una aproximación a los principales criterios de valoración.


www.cuantovalemiempresa.com



¿Cuanto vale mi empresa?

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